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Quienes se dedican al ámbito de la psicología y en este caso a la psicología infantil, pueden ver que los cuentos clásicos, tal y como los vio Bruno Bettelheim en su libro “Psicoanálisis de los cuentos de hadas” (2012), son historias que nos ayudan comprender y a aprender de la vida. Por ejemplo, sobre aspectos de la sociedad, la familia y la cultura, que en general, muchas veces se censuran: la envidia, el rencor, las necesidades de anular de ciertos progenitores a sus hijos, el abandono emocional, psicológico y en algunos momentos (también físico) a los hijos, los conflictos y celos entre hermanos o la existencia de personalidades destructivas y dañinas dentro de la propia familia o también del entorno cercano. 

Los cuentos de hadas tienen un valor terapéutico

Bettleheim (1903-1990), como autor psicodinámico,  realizó con este libro un análisis de los significados inconscientes y simbólicos que se encuentran en las historias de los cuentos de hadas. Este enfoque se basa en la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud y en la obra de Carl Jung, y sugiere que los cuentos de hadas tienen un valor terapéutico y pueden ayudar a la gente a comprender sus conflictos internos y resolver sus problemas emocionales.

El psicoanálisis de los cuentos de hadas sugiere que muchos de los elementos de estos cuentos, como los personajes, los objetos y los escenarios, pueden ser interpretados simbólicamente. Por ejemplo, la figura del héroe o la heroína puede representar el ego o la conciencia del individuo, mientras que el villano o la bruja puede simbolizar las fuerzas negativas del inconsciente o bien personalidades destructivas  y muy dañinas, como pueden ser algunas madres o padres con personalidad psicopatógena (Piñuel, 2020) o bien personas desconocidas con las que hay que tener prudencia por su capacidad de destrucción, aunque aparenten otra imagen: la bruja de Hansel y Gretel o el Lobo de Caperucita disfrazado de abuelita como se analizará más adelante. 

Otro de los análisis es el objeto mágico, como una varita mágica o una poción, que puede simbolizar la capacidad de cambiar o transformar aspectos de uno mismo o del mundo. También se pueden analizar las acciones de los personajes y los eventos de la historia, y cómo se relacionan con los conflictos internos de los individuos.

De este modo, Bettellheim trataba de encontrar los significados ocultos en estas historias y cómo pueden ayudar a las personas a comprenderse a sí mismas, a su mundo interno y el mundo exterior. 

La visión actual de los cuentos de hadas

También, el doctor en psicología y psicoterapeuta Manuel Villegas (2013), ve en los cuentos clásicos un recursos analógico, una forma de adentrarnos en la parte más inconsciente y menos racional, dentro de los recursos terapéuticos: “El terapeuta puede echar mano de dichos recursos en cualquier momento con finalidades terapéuticas actuando no sobre la capacidad de razonamiento del paciente, sino sobre su imaginación o sensibilidad, facilitando de este modo el acceso al conocimiento o a la reflexión de un modo indirecto”.

Siguiendo en esta línea, podemos encontrar a Espido Freire (2017), escritora que ha hecho un análisis interesante de personalidades “realmente” tóxicas y que se identifican con los personajes malignos que salen los cuentos y que habitan entre nosotros, que puede darse incluso en la familia. 

Análisis de cuentos populares: Blancanieves, Pinocho, Hansel y Grettel…

Analicemos alguno de estos cuentos, tal y como lo hizo Bruno Bettellheim (2012), desde la visión psicológica profunda que se desprende de las historias clásicas.

Blancanieves: donde el cuento original según Heinrich Dickerhoff  presidente de la Sociedad Europea de Cuentos, era la madre y no la madrastra. La madre se presenta con uno de los sentimientos tabús en la sociedad entre madre e hija, como es la envidia por la belleza y juventud de su hija. Este cuento ayuda a las hijas a reconocerse en la historia, que como la protagonista, son atacadas por las madres que envidian sus virtudes, como señala la psiquiatra y psicoterapeuta Marie-France Hirigoyen en su libro “El acoso moral” (1999). Este conflicto interpersonal madre-hija que a nivel social nunca puede reconocerse, pero que en terapia se presenta en contadas ocasiones. A nivel simbólico, gracias a este cuento, se permite a la niña que pueda identificarse y esperar, como la protagonista, que en el futuro haya una salvación de los continuos ataques a la identidad y autoestima:  cuando alguien (ese príncipe azul) le reconozca sus virtudes y  realmente la quiera, para  protegerla de la madre narcisista que en algunas familias domina y controla. Como señala una de las pacientes referidas en el libro de Hirigoyen:  “Tiene permanentemente la impresión de que su madre practica con ella un condicionamiento negativo, una especie de lavado de cerebro destinado a rebajarla».

Pinocho: Se cuenta la historia de un hijo tan deseado por parte de un padre que como un milagro cobra vida a partir de un muñeco. En su desarrollo, tendrá que aprender la moral o ética que debe regir su vida, que al principio esa guía será alguien externo quien le guía (pepito grillo) pero que una vez experimente y elija la existencia correcta, le convertirá en un humano con moralidad. En ese camino tendrá que tener cuidado de los que aparentan querer a los niños y que seducen con diversión, comida y supuesta libertad (concepto que sigue siendo utilizado por los que quieren seducir en nuestra sociedad), estos seductores son Stromboli y el cochero que logran engañar a Pinocho hasta que le atrapan y esclavizan (que es al final es lo que quiere hacer cualquier seductor o seductora que aparenta regalar, dar libertad, etc.). Esos seductores también pueden estar dentro de la propia familia, en donde se utiliza la sobreprotección de dar todo lo que supuestamente necesita el niño para generar una depedencia y por lo tanto una exclavitud. 

Juan y las habichuelas mágicas:   en donde en el último tramo del cuento, Juan subiendo a la planta mágica, se encuentra con el ogro gigante. Este ogro representa un padre destructivo, que desea la muerte psicológica de Juan, su falta de desarrollo ya que puede entrar en conflicto o en competencia con él.  Juan, desde la valentía , no dejándose controlar por el miedo a ser destruido, logra la gallina de los huevos de oro, que no es más que la posibilidad de producir, de prosperar, sin ese padre destructivo. 

Hansel y Grettel, los dos hermanos que son abandonados (emocionalmente) comienzan una vida al no poder regresar a su casa, que simbólicamente significa comenzar la independencia demasiado pronto al no estar maduros. En este nuevo tramo de la vida,  encuentran consuelo en una mujer,  que les seduce con dulces y comida, en esa «casita de chocolate». En un principio, parece que les cuidará pero que luego les esclaviza con la intención de quererlos comer, que psicológicamente es poseerles. La única forma de salir de esa posesión es la inteligencia utilizada por Grettel, que ayudará a su hermano a liberarse también de esa posesión. El abandono emocional ha podido ser vivido por muchas personas, como Hansel y Grettel, que desde esa inmadurez emocional, buscan refugio en quien aparenta dar placer como si fuera amor, pero que en realidad, hay una intención de poseer y controlar.

Análisis psicológico de Caperucita Roja

Hace unos años, apareció la noticia en numerosos diarios que un colegio de Barcelona prohibía la lectura de los cuentos clásicos entre ellos, Caperucita Roja, por tener mensajes sexistas, tóxicos o machistas. El titular de uno de los diarios era el siguiente: Vetada ‘La Caperucita Roja’ por sexista. Una escuela de Barcelona retira 200 cuentos infantiles de su biblioteca al considerarlos «tóxicos

En respuesta a esta censura y veto, no solo de Caperucita sino de otros 200 títulos infantiles, se analiza a continuación el cuento de Caparucita Roja.  ¿Qué simboliza la historia de Caperucita Roja?

  • El primero símbolo es la caperuza roja, que representa la llegada de la primera menstruación (símbolo del rojo con la sangre). Es el comienzo de la sexualidad madura.
  • El lobo representa a algunos  hombres (desde una personalidad psicopática) que buscan engañar a las chicas como Caperucita para que se metan en su cama. O si no las pueden engañar, no tienen ningún remordimiento en utilizar la violencia para satisfacer sus deseos de poder que se traducen en una sexualidad violenta, «comiendo» a Caperutica. 
  • El disfraz de abuelita representa el engaño, la imagen de inofensivos que dan estos hombres depredadores, que si no dieran esa imagen no podrían hacer que las caperucitas rojas entraran en su cama.
  • El cazador es el hombre bueno que puede salvar a Caparucita de haber sido engañada y “comida” por el lobo. Es quien restaura el daño, desde un modelo de hombre sano y que no quiere su mal, sino que la respeta y desea su bien. 

Este cuento es por tanto una aviso a las niñas que comienzan a ser mujeres de que tengan cuidado, sean prudentes y no se fíen de los lobos que puedan cruzarse en su camino, sobre todo de lobos que aparentan ser inofensivos como una abuelita. 

Si los padres y madres quieren que sus hijas se protejan de los lobos depredadores,  que puedan encontrar en su vida (camino), sería bueno que no renuncien a contar estas historias clásicas como la de Caperucita, desde que son pequeñas, porque su simbolismo, su metáfora y construcción psicológica, puede ser mucho más fuerte que cualquier charla o regañina cuando ya en su edad adolescente se niega a escuchar los consejos paternos. 

En estos últimos años donde los cuentos de hadas ya no tienen buena prensa, la cultura ha generado cuentos, historias o películas que atacan y cuestionan esas historias clásicas, siendo una censura sin precedentes, la decisión tomada por la dirección del colegio de Barcelona. Volver a los cuentos clásicos no está de moda ni está bien visto, pero habría que preguntarse por qué hay personas que se empeñan en denostar estas historias clásicas. quizá son los mismos lobos, brujas y madrastras de nuestra cultura que no les gusta que los niños y niñas estén precavidos de sus saqueadores y depredadores. No sobra recordar, lo que señaló en el ABC (2011),  nuestra ilustre Académica y  Premio Cervantes, Ana María Matute sobre estos cuentos ancestrales que comenzaron de forma oral, cuando afirmo «me estremece pensar y saber que se mutilan, bajo pretextos inanes de corrección política más o menos oportunos, y que unas manos depredadoras, imaginando tal vez que ser niño significa ser idiota, convierten verdaderas joyas literarias en relatos no sólo mortalmente aburridos, sino, además, necios».

Referencias Bibliográficas

  • Astorga, A. (2011). Matute, contra la perversión de los cuentos de hadas. ABC.
  • Bettelheim, B. (2012). Psicoanálisis de los cuentos de hadas. Editorial Planeta. 
  • Freire, E. (2017). Los malos del cuento. Cómo sobrevivir entre personas tóxicas. Editorial Planeta.
  • Hirigoyen, M. (1999). El acoso moral: El maltrato psicológico en la vida cotidiana. Paidos Ibérica.
  • Piñuel, I. (2020). Familia Zero. Cómo sobrevivir a los psicópatas en la familia. Esfera de los libros.
  • Vallespín, I (2019). Vetada «la Caperucita Roja» por sexista. El País.
  • Villegas, M (2013). Prometeo en el diván. Editorial Herder.

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Sergio Delgado

Sergio Delgado es Psicólogo General Sanitario, especializado en terapia sistémica y formado en modelos humanistas y cognitivistas. Fundador de Psicología en la red, cuenta con un máster en psicopedagogía clínica por la Universidad de León y en necesidades de la infancia y la adolescencia por la Universidad Autónoma de Madrid.

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