Es muy frecuente que las personas sintamos algo de nerviosismo cuando se nos evalúa. En el mundo académico esa evaluación se realiza con “el temido” examen, y en este caso suele haber en los alumnos cierta intranquilidad cuando se van acercando la fechas de las evaluaciones. Este nerviosismo en psicología tiene el nombre de ansiedad.
La ansiedad es un mecanismo de defensa que pone en marcha nuestro cuerpo y mente ante hechos externos. La función principal es que la persona permanezca en estado de “alerta”, para poder afrontar un daño real o imaginario, con el fin de salir del peligro, bien enfrentándose o bien huyendo. Nuestro cuerpo aumenta la velocidad de pensamiento, el ritmo cardiaco, acelera la respiración y se prepara para realizar las acciones de forma rápida y poder responder adecuadamente ante ese peligro. Siendo un mecanismo natural de defensa, los problemas ocurren cuando este estado llega a ser disfuncional por diferentes razones:
- Cuando no hay un peligro real.
- Cuando hay una extremada intensidad en la respuesta.
- Cuando hay una excesiva prolongación en el tiempo.
En el caso del alumno o la alumna que sufre una fuerte ansiedad ante los exámenes es necesario plantearse cómo está percibiendo el hecho del examen. En este sentido es deducible que si sufre gran ansiedad. es porque concibe el examen como un gran peligro. ¿Por qué llega una persona a ver el examen como un gran peligro?
Los exámenes tienen diferente significado para cada persona. Dependiendo de su forma de ser percibirá con diferente significado y tendrá una reacción acorde con esa percepción. Veamos qué tipo de significados que puede tener para cada persona un examen:
Visto de forma real, el examen es un instrumento que ayuda tanto al profesor/a como al alumno/a para conocer en qué situación de conocimiento y aprendizaje se encuentra el/la alumno/a, cuánto ha aprendido hasta ese momento y cuánto le queda por saber. Normalmente en una escala de 0 a 10, cuando la nota es un 5, significa que el alumno ha aprendido la mitad y que aún le queda la otra mitad para conocer el temario.
Pero pocas veces los exámenes y sus notas suelen tomarse como mera información, una información sobre lo que nos queda por aprender. Por un lado para el profesorado puede significar una forma de poder «controlar» al alumnado cuando no se logra motivar el aprendizaje en sí mismo. Muchas veces se utiliza el examen en forma de «amenaza» si el alumnado no realiza las actividades educativas planteadas. Por otro lado, para el alumnado los significados que suelen atribuirse a las notas en los exámenes tienen que ver en muchas ocasiones con las expectativas que realizan. De esta forma pueden:
- Verlos como algo que repercute directamente sobre la autoestima y el autoconcepto.
- Verlos como un instrumento para conseguir el reconocimiento y aceptación de las personas importantes para el/la alumno/a (o bien ser rechazados si las evaluaciones no son buenas).
- Verlos como un camino para conseguir bienes materiales y estatus social.
- Verlos como una fuente de comparación con otros/as compañeros/as.
Todas estas atribuciones son necesidades subjetivas que tiene el/la alumno/a y necesita satisfacerlas y serán las que desencadenan la ansiedad ante los exámenes si teme que no serán satisfechas. Como vemos ocurrirá a personas que tienen diferentes formas de ser:
- Que no toleran errores o fallos en sus acciones.
- Que temen el rechazo de sus seres queridos, viendo las notas como un instrumento para conseguir su aprobación.
- Que han aprendido a compararse continuamente con sus iguales para valorarse a sí mismos.
- Que necesitan conseguir un estatus social y ven las notas como una vía para su consecución.
- Que no toleran una evaluación externa, normalmente porque presuponen que esa valoración será negativa.
Si la persona siente habitualmente este tipo de malestar y le dificulta no solo la realización normal de los exámenes sino también los estudios previos, teniendo un bajo rendimiento, es quizá momento de plantearse el porqué de este estado. Como dice Epicteto (filósofo Estoico): “no son los hechos, sino lo que pensamos sobre los hechos, lo que nos perturba”.
La valoración que la persona hace sobre las cosas y los hechos que le rodean tiene mucha relación con la forma en la que ha sido educado, el aprendizaje que ha realizado anteriormente sobre los hechos, en este caso un examen o cómo ha ido construyendo en su mente un concepto determinado, lo que significa para él/ella.
En definitiva, si la persona quiere salir de ese estado ansiedad cuando es evaluado, tendrá que ver y llegar a ser consciente (porque muchas veces nuestra propia mente se niega a verlo), qué significado tienen los exámenes para él/ella mismo/a y poder cambiar la percepción a una forma más realista para que un examen no se presente como un gran peligro.
Autor: Sergio Delgado Somodevilla.
Psicólogo terapéuta
Sergio Delgado es Psicólogo General Sanitario, especializado en terapia sistémica y formado en modelos humanistas y cognitivistas. Fundador de Psicología en la red, cuenta con un máster en psicopedagogía clínica por la Universidad de León y en necesidades de la infancia y la adolescencia por la Universidad Autónoma de Madrid.