+34 638 18 52 68 info@psicologiaenlared.com

El estrés laboral se ha convertido en un tema crucial en la sociedad moderna, afectando a millones de personas en todo el mundo. La globalización, los avances tecnológicos y la creciente competitividad han intensificado las demandas en los lugares de trabajo, incrementando la presión sobre los empleados. Este fenómeno no solo impacta a nivel físico, sino también a nivel psicológico, afectando la calidad de vida de quienes lo padecen (López-Gutiérrez et al., 2021).

El estrés laboral puede derivar de diversas fuentes, como las exigencias de producción, los plazos ajustados, las relaciones interpersonales en el lugar de trabajo y la falta de control sobre las propias tareas. Cuando estas demandas superan la capacidad del individuo para manejarlas de manera efectiva, el resultado puede ser una alteración significativa del bienestar emocional, cognitivo y físico. Además, la percepción de falta de apoyo, tanto organizacional como social, agrava la situación.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce el estrés laboral como uno de los problemas de salud pública más importantes en el siglo XXI, ya que no solo tiene repercusiones en la salud del trabajador, sino que también afecta el desempeño organizacional. Las consecuencias van desde el absentismo y la disminución en la productividad, hasta problemas de salud mental como la depresión y el síndrome de burnout.

El manejo inadecuado del estrés puede derivar en agotamiento o burnout. Por ello, es fundamental que tanto empleados como empleadores comprendan las dinámicas del estrés laboral y adopten medidas preventivas para fomentar un ambiente de trabajo más saludable y sostenible.

¿Cómo funciona el estrés?

El estrés laboral se define como un desequilibrio entre las demandas del trabajo y la capacidad de control que tiene una persona, afectando su percepción de los factores estresantes.

El estrés comienza cuando una persona percibe una experiencia como desafiante, amenazante o incómoda. Las reacciones ante ello pueden variar según el significado psicológico dado al evento. Según la OMS, el estrés es un conjunto de reacciones fisiológicas que preparan al organismo para la acción, siendo un sistema de alerta esencial para la supervivencia. Situaciones cotidianas, como cambiar de trabajo, hablar en público o mudarse, pueden desencadenar esta respuesta (Torrades, 2007). Sin embargo, cuando el nivel de estrés aumenta de manera inasumible para el organismo puede traer serios problemas.

Las tres fases del estrés

El estrés sigue 3 fases:

  1. Alarma, donde el cuerpo se activa ante un estímulo y se libera cortisol y adrenalina para enfrentar la amenaza.
  2. Resistencia, cuando la presión continúa y el individuo moviliza recursos para lidiar, pero si el estresor persiste, puede desgastar al cuerpo.
  3. Agotamiento, donde, tras un estrés prolongado, los recursos se agotan, resultando en fatiga, problemas de sueño, depresión y ansiedad, además de alteraciones fisiológicas y psicosomáticas.

El estrés se activa cuando ciertas circunstancias, como la sobrecarga laboral o presiones sociales, son percibidas como amenazas. Si se mantiene en el tiempo, puede llevar al agotamiento y causar daños funcionales y orgánicos, incluso enfermedades psicosomáticas. En esta fase final, las capacidades fisiológicas y adaptativas del sujeto se deterioran significativamente. A pesar de que el estrés no puede eliminarse por completo en el entorno actual, es posible desarrollar estrategias individuales y organizacionales para gestionarlo de manera más saludable.

Desde un análisis psicológico, podemos ver que el estrés es un compuesto de demanda externa, actitud favorable a responder a la demanda, percepción de insuficiencia de recursos, y percepción de amenaza exterior caso de insuficiencia de respuesta.

Cuando hay un alto estrés, la impresión de autoconciencia es muy baja y, si se mantiene el tiempo suficiente, se tiende a “ahogar el propio yo” como sujeto de la acción o de la “respuesta de demanda”. Pero esto ocurre porque se pone al entorno como sujeto de la acción.

En realidad, el entorno invita a hacer algo y si el sujeto lo hace es porque prefiere hacerlo en base a la consideración de un conjunto de razones que tiene, pero también podría tener otras razones y no responder a tal invitación.

Es crucial reconocer que tanto el exceso como la falta de activación pueden ser estresantes, donde un estrés bajo a moderado puede fortalecer los mecanismos de afrontamiento y la resiliencia ante la adversidad. Por otro lado, el sustrés (estrés inadecuado) o falta de estrés, puede debilitar la capacidad de enfrentar los factores estresantes (Oshri et al., 2022). Por lo tanto, cada persona tiene un nivel óptimo de estrés; si se está por encima o por debajo de ese nivel, el desempeño laboral puede verse afectado negativamente.

El modelo propuesto por los psicólogos Robert Yerkes y John Dodson en 1908, afirma que el rendimiento es óptimo con un nivel de activación moderadamente elevado. Si las demandas son demasiado altas, se pueden experimentar ansiedad y malestar, mientras que tareas desafiantes pueden mejorar la concentración (Figueroba, 2017).

La tensión se produce cuando se aleja del nivel óptimo de estrés de una persona y no se puede corregir fácilmente, lo que resulta en un desequilibrio entre las demandas y la capacidad de control.

Algunos factores emocionales, conductuales y cognitivos que pueden actuar como “amortiguadores” del estrés de una persona:

  • Buena autoestima, autonomía, percepción de autoeficacia.
  • Apoyo social: emocional, material o físico.
  • Humildad y humor, como parte de una buena autoestima.

Estrés laboral y burn out

El término «estresor» se refiere a cualquier agente, interno o externo, que provoca una respuesta de estrés, dependiendo de la evaluación individual de la situación. Factores como la autoexigencia, la tolerancia al fracaso y la autoestima juegan un papel importante en cómo se experimenta el estrés.

A nivel personal, el estrés laboral puede tener múltiples efectos negativos, incluyendo problemas de salud física como trastornos gastrointestinales, cardiovasculares y respiratorios. También puede afectar la salud mental, causando ansiedad, depresión y dificultades en la concentración. Conductualmente, puede llevar a la irritabilidad, agresividad y problemas en las relaciones sociales.

A nivel organizativo, el estrés laboral se traduce en una disminución de la producción, tanto en cantidad como en calidad, así como en una falta de cooperación entre compañeros. Esto puede resultar en un aumento de quejas, más solicitudes de cambio de puesto y mayores costos en salud, además de un incremento del ausentismo y los conflictos.

El síndrome de burnout, o «síndrome del trabajador quemado,» es una manifestación crónica del estrés laboral que provoca un agotamiento físico y mental sostenido, afectando la autoestima y la motivación del trabajador. Este síndrome comienza con cambios psicológicos que pueden intensificarse, manifestándose en fatiga crónica, cefaleas, alteraciones gastrointestinales y problemas emocionales como ansiedad y depresión.

¿Cuáles son los síntomas de un trabajador quemado?

Los síntomas del burnout son diversos y pueden clasificarse en tres categorías (Torrades 2007):

  1. Síntomas Físicos: Los síntomas físicos son a menudo los primeros en aparecer. Incluyen fatiga crónica, cefaleas, dolores musculares, alteraciones del sueño y problemas gastrointestinales como colon irritable. Estos síntomas pueden interferir con la vida diaria y el rendimiento laboral.
  2. Alteraciones Conductuales: Se observan cambios en la conducta, como una irregularidad en la alimentación y el abuso de sustancias, incluyendo alcohol y drogas. También pueden surgir comportamientos agresivos o defensivos y un aumento del absentismo laboral, donde el individuo busca evadir el entorno laboral estresante.
  3. Alteraciones Emocionales: A nivel emocional, el burnout se manifiesta a través de ansiedad, depresión, irritabilidad y una baja autoestima. También puede haber una falta de motivación, dificultades para concentrarse y un distanciamiento emocional, donde la persona se siente desconectada de su trabajo y de sus compañeros. Esta desconexión puede llevar a sentimientos de frustración profesional y deseos de abandonar el trabajo.

Las personas más propensas al burnout suelen caracterizarse por una elevada autoexigencia, baja tolerancia al fracaso y una necesidad de perfección.

Principales conflictos en el trabajo que nos generan estrés.

Son varios los conflictos que pueden generar estrés laboral, algunos ejemplos incluyen:

  • Sobrecarga de trabajo: Esto puede ser resultado de un aumento constante o repentino en la carga laboral percibida.
  • Conflictos y ambigüedad en los roles: Cuando un trabajador no tiene claridad sobre sus responsabilidades, puede experimentar confusión y ansiedad.
  • Responsabilidad sobre personal a cargo: La dificultad de coordinar y gestionar a subordinados puede ser una fuente significativa de estrés.
  • Divergencias en las metas de la carrera: Conflictos entre expectativas personales y objetivos profesionales pueden generar frustración.
  • Presión por los plazos de entrega: Situaciones urgentes suelen incrementar los niveles de ansiedad.
  • Tareas repetitivas y monótonas: La falta de variedad en las responsabilidades puede llevar al aburrimiento y al desinterés.
  • Recursos insuficientes: La falta de herramientas o apoyo necesario para cumplir con las exigencias laborales también puede ser estresante.

Es fundamental explorar tanto la situación concreta como las creencias subyacentes de la persona. Muchas veces, las situaciones conflictivas en el trabajo no amenazan realmente la existencia de alguien, pero las creencias personales pueden magnificar esta percepción. Estas creencias son estructuras mentales que guían nuestra vida y ayudan a adaptarnos a la realidad. Sin embargo, no todas son adaptativas. Por ejemplo, algunas creencias que pueden contribuir al malestar incluyen:

  • «El mundo me hace existir y puede hacerme dejar de existir.»
  • «Mi existencia no depende de mí, sino del entorno.»
  • «Si pierdo mi trabajo, dejaré de existir.»
  • «Mi valor personal está determinado por cómo me ven los demás en el trabajo.»
  • «El mundo es un lugar peligroso donde peligra mi existencia.»

Tanto en el ámbito laboral como en otros aspectos de la vida, las reacciones adversas que experimentan las personas están a menudo relacionadas con sus creencias sobre sí mismas y su entorno. Por lo tanto, es crucial abordar estas creencias para gestionar mejor el estrés y la ansiedad, y fomentar un entorno laboral más saludable y productivo.

Si sientes estrés laboral y te ves identificado en este artículo, no dudes en buscar ayuda profesional para poder cambiar tus creencias y tus estilos de afrontamiento diario en el trabajo.

Bibliografía.

​​Figueroba, A. (2017, November 7). Ley de Yerkes-Dodson: la relación entre estrés y rendimiento. https://psicologiaymente.com/organizaciones/ley-yerkes-dodson 

​López-Gutiérrez, C. J., Vaccaro Benet, P., Díaz Rosado, J., & Castro-Sánchez, M. (2021). MALESTAR PSICOLÓGICO Y ESTRÉS DURANTE EL CONFINAMIENTO POR LA PANDEMIA DE COVID-19. ESTUDIO COMPARATIVO ENTRE DEPORTISTAS Y NO DEPORTISTAS. Revista Iberoamericana de Psicología Del Ejercicio y El Deporte, 16(4). 

​Oshri, A., Cui, Z., Carvalho, C., & Liu, S. (2022). Is perceived stress linked to enhanced cognitive functioning and reduced risk for psychopathology? Testing the hormesis hypothesis. Psychiatry Research, 314. https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S016517812200244X?via%3Dihub 

Adrian Jedrzejczak Golabek

Adrián Jedrzejczak es Psicólogo General Sanitario con un grado en Psicología por la UNED y máster en Psicología General Sanitaria por la UDIMA. Posee formación especializada en psicoterapia con enfoque cognitivo-humanista y experiencia en intervención en inteligencia emocional.

Adrian ha trabajado en diversas fundaciones en Madrid y Santander, enfocándose en la salud mental, la adicción y el autismo. Actualmente, ofrece psicoterapia en su consulta privada en Madrid y también presta servicios como psicólogo online para aquellos con dificultades de acceso presencial.

×

Hola!

Bienvenid@ a Psicología en la red

×