Introducción
Muchas veces hemos oído hablar de la persona pasivo-agresiva (ahora denominada negativista), pero ¿cuáles son las características de estas personas? y ¿por qué son así?
Según los manuales psiquiátricos, la personalidad negativista es un estilo caracterizado por un patrón de pasividad, dudas y dependencias junto con otro de agresividad, resentimiento y desafío al exterior. Ambos patrones se manifiestan según las circunstancias y representaciones internas que tenga la persona en cada momento.
No existen unas características únicas de personalidad negativista, habiendo diferentes subtipos que describen diferentes rasgos dentro de un continuo. Por lo tanto, las causas por las cuales una persona desarrolla este tipo de personalidad tampoco serán las mismas, habiendo que analizar en profundidad cada caso.
Es importante diferenciar en estos casos entre una base pasiva, desde una defensa del mundo, de otra más agresiva e incluso violenta, que está en lucha y puede ser dañina para la propia persona y para los que la rodean.
El pasivo-agresivo además puede compartir rasgos con diferentes estilos de personalidad: dependiente, sádico, depresivo, límite, etc. Es necesario poder conocer las características idiosincrásicas de cada uno de ellos para delimitar los criterios presentes en cada caso.
Este tipo de personalidad puede generar diversas patologías asociadas, las más comunes son la ansiedad, depresión y fobias.
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¿Qué es la personalidad negativista?
Se trata de un patrón generalizado de actitudes negativistas y resistencia pasiva ante las demandas de una adecuada actuación en situaciones sociales y laborales (American Psychiatric Association, 2000).
Hablamos de una tendencia a llevar la contraria, no complacer a los demás, estar malhumorado, ser pesimista y quejarse constantemente (Caballo, Salazar, & Carrobles, 2014). Desalientan a cualquiera y desmoralizan con facilidad a los demás, conductas que van dirigidas en muchas ocasiones a obstaculizar los esfuerzos y placeres de quienes les rodean.
Se puede decir que expresan pasivamente una serie de agresiones encubiertas. Cuando no están de acuerdo con algo, se resisten de forma pasiva demostrando una ineficacia intencionada (Caballo, Salazar, & Carrobles, 2014).
Posiblemente sea de uno de los patrones más complejos y contradictorios dentro de los estilos de personalidad. Las personas negativistas pueden ser pasivas y tranquilas y a la vez agresivas y violentas hacia el exterior.
La ambivalencia es otra de las características, pudiendo sentirse necesitados de afecto de una manera considerable y pasando de repente a ser hostiles y antisociales (Millon, 2006).
El problema con la autoridad suele ser recurrente. El negativista se siente muchas veces obligado a hacer algo en contra de su voluntad. Por lo tanto, entrarán muchas veces en conflicto con superiores, profesores u otras figuras que les exijan un rendimiento.
Las apariencias en este tipo de personalidades pueden ser engañosas, ya que los conflictos y la tensión interna muchas veces no se manifiestan o, si lo hacen, se producen de manera indirecta y sutil, como a través de la ineficacia, no cooperación o las quejas y el victimismo.
TABLA 1. Características de la personalidad negativista a partir de Millon (2006)
POLO PASIVO | POLO AGRESIVO |
Sentimientos de dependencia Necesidad de afecto Desilusión Sentimientos de incomprensión Pueden ser no cooperadores o aislados Pesimistas
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Necesidad de autoafirmación
Resentimiento con la autoridad y con el control externo Formas indirectas de protesta emocional y comportamental Sabotean las expectativas de los demás Obstrucción sutil, ineficacia intencionada o rendimiento bajo Malhumorados y oposicionistas |
Hablamos de trastorno de personalidad, como nos dice la APA (2000), si se dan un mínimo de síntomas: resistencia pasiva, quejas de ser incomprendido, resentimiento y dolor, desprecio y crítica hacia la autoridad, envidia hacia quien es más afortunado, quejas exageradas o alternar entre amenazas hostiles y arrepentimiento.
Sin embargo, no todo el mundo muestra un trastorno de personalidad ni incurre en todos los criterios, pudiendo expresar algunos de ellos en su vida diaria. Por ejemplo, podemos sentirnos resentidos con una autoridad que no cumple con sus deberes, podemos quejarnos constantemente de algún conflicto que tenemos en nuestra vida con personas que no nos han respetado o podemos ser pesimistas y no cooperadoras.
Tipos de personalidad negativista
No todas las personas negativistas tienen los mismos sentimientos y las mismas conductas. Existe un espectro donde cada uno desarrollo esquemas diferenciados. Podemos describir 4 subtipos de personalidad negativista:
TABLA 2. Variantes de la personalidad negativista (Millon, 2006)
Negativista tortuoso
Rasgos dependientes Resistencia indirecta a las expectativas de los demás Frustran a todo aquel que les exige un nivel de ejecución o que no les aprecia como es debido Testarudos, pueden llegar a utilizar estrategias como pérdida de tiempo o posposición Muestran una ineficacia general e intencionada Temen expresar sus sentimientos de forma directa Pueden llegar a pedir ayuda sin cesar e incluso utilizar los síntomas somáticos
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Negativista abrasivo
Rasgos sádicos Conflicto entre hacer lo que él quiera o ser leal a los demás Suelen creer que serán despreciados por los demás y que sus actos serán evaluados con decepción y burla Profundas dudas de que se pueda alcanzar la felicidad en la vida No se fían de la ternura y la lealtad, pensando que pueden esconder la verdadera crueldad perversa de la naturaleza humana Pueden verse inmersos en luchas de poder Pueden llegar a obtener placer reduciendo la confianza de las personas que creen como sus antagonistas Muchos adoptan una actitud de superioridad moral e insisten dogmáticamente sobre los defectos de los demás Pueden ser agresivos e incluso insultar de manera directa cuando sienten que alguien se cruza en su camino
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Negativista descontento
Combinación con personalidad depresiva No paran de quejarse A diferencia del abrasivo, que es más directo, el descontento lleva a cabo acciones más sutiles de desgaste del otro mediante quejas y críticas para hundir a su enemigo Encuentran fallos a todo y buscan cualquier oportunidad para poder hacer quejas legítimas que justifiquen sus comentarios Señalan antiguas ofensas e irritan a los demás señalando todas aquellas situaciones donde se les trata mal Dan aspecto de ser personas de buena voluntad y con buenas intenciones que han tenido que luchar contra las injusticias Les gusta llamar la atención
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Negativista dubitativo
Combinación con personalidad límite Enorme fluctuación e inestabilidad de las emociones y actitudes Pueden pasar de encantadores a irritables en poco tiempo También pueden pasar de parecer competentes y estables a tener una gran dependencia infantil Pueden sentirse satisfechos consigo mismos y pasar de repente a sentirse deprimidos e inadecuados Expresan las emociones de manera directa y primitiva Son frecuentes las explosiones temperamentales No entienden sus torbellinos emocionales ni el origen de esos cambios, lo cual les lleva a sentirse incómodos consigo mismos
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Causas de la Personalidad Negativista
Como hemos visto, no todos los pasivo-agresivos son iguales aunque en su expresión tengan patrones comunes. Como vemos en los subtipos de Millon, existen rasgos distintivos entre este ellos y cada uno presenta otra estructura de personalidad que se combina con la negativista, unas veces como causa y otras como consecuencia de la misma. Es necesario por lo tanto diferenciar el subtipo de personalidad de cada uno.
Por otro lado, no es lo mismo una estructura con una base más pasiva que otra más agresiva. Las personas pasivas, encuentran su origen en patrones más dependientes, obsesivos o depresivos.
Por ejemplo, podemos encontrar una persona con rasgos dependientes que se frustra con el mundo cuando no consigue vínculos y se vuelve resistente e ineficaz. La persona obsesiva también puede verse malhumorado debido a que no consigue el control que necesita, pudiendo tener una reacción emocional negativa. Otro ejemplo lo vemos en la personalidad depresiva (véase artículo personalidad depresiva), donde la persona cree que no merece la pena esforzarse debido a que no obtendrá ningún beneficio del mundo, con lo cual puede actuar de manera ineficaz e incluso oposicionista.
Existe también un grupo de personas que tienen instaurada una estructura con base más agresiva. Podemos verlo por ejemplo en el subtipo más sádico de Millon, donde parece que la persona está en guerra con el mundo e incluso se siente bien con el mal ajeno.
Por otra parte, existen otras corrientes que engloban a este tipo de personas en un cuadro al que denominan personalidades psicopatógenas (García, 2014). Este tipo de personas pueden ocultar su vocación más violenta en expresiones indirectas de la misma o en actitudes de no cooperación o ineficacia. Es decir, que podrían camuflarse aparentando tener otro tipo de personalidad, como puede ser la negativista. Por lo tanto, no todos consideran el patrón más violento dentro de la personalidad pasivo-agresiva.
La diferencia fundamental residiría en que el psicopatógeno o antirreal (García, 2014) no actuaría con una agresividad descontrolada sino más bien con una violencia premeditada, siendo un patrón más parecido a lo que se conoce popularmente como psicópata.
Podemos decir por lo tanto que las personas con estructura más pasiva se intentan defender del mundo, mientras que las más agresivas intentan atacarlo e imponerse.
Las personas con un patrón negativista ya suelen mostrar estos rasgos en la infancia (Psicología y Mente, s.f.). El estilo parental, las dinámicas familiares y otros factores ambientales pueden contribuir al desarrollo de la personalidad negativista.
El abuso de castigos severos sería una de las circunstancias que puede producir este tipo de personalidad e incluso un trastorno. Recordemos el gran conflicto que estas personas tienen con la autoridad, la cual sienten que les obliga a hacer cosas en contra de su voluntad. Los castigos excesivos en el niño durante su formación, sobre todo si no tienen asociado una explicación, pueden producir creencias del tipo: “el mundo me obliga, lo que me pase no depende de mí, mi esfuerzo es para el mundo y no para mí, etc.”.
A estos patrones les seguirá una resistencia pasiva, sobre todo a figuras de autoridad que les exigen una eficacia personal. La persona no habrá desarrollado su propio valor como artífice de su trabajo y creerá que su esfuerzo será para otros, incapaz de ver su propia decisión y beneficio en ello. Por lo tanto, sentirá que el mundo le explotará y tendrá especial atención a la distribución de las recompensas.
Psicopatologías del negativista
Existen varios trastornos relacionados con una posible personalidad negativista. La ansiedad sería uno de los problemas asociados más importante. Y es que en muchas ocasiones estas personas no pueden descargar su ira, pudiendo transformarse en crisis de angustia y ansiedad generalizada (Millon, 2006).
Por otro lado, esa ansiedad también puede estar relacionada con el miedo que sienten hacia el mundo, el cual les juzga y les mira mal debido a la agresividad indirecta que ellos mismos muestran. Por lo tanto sería un miedo a que les “castiguen” y una preocupación a que les dejen de apoyar.
Las fobias pueden ayudarles a obtener beneficios secundarios, ya que pueden evitarles tener que hacer algunas tareas. También pueden tener síntomas de fobia social, debido a las dificultades que presentan en sus relaciones sociales donde es probable que se lleguen a sentir incapaces de conseguir los vínculos que les gustaría, lo cual les produce un gran malestar emocional y excesiva preocupación de conseguir relaciones sociales.
La depresión sería otro trastorno asociado, ya que pueden ser frecuentes las situaciones donde el negativista no encuentre ningún tipo de placer ni motivación debido al profundo desprecio hacia sí mismo y la visión negativa del mundo (Millon, 2006).
También puede producirse depresión desde un aislamiento de los demás, debido a la culpabilidad. El negativista ha sido agresivo y se siento culpable por ello, con lo cual se aislaría para dejar de sentirse culpable ya que es la única manera en la que sabe solucionar ese conflicto.
Por último, podemos encontrar con trastornos somatomorfos, que engloban a diferentes quejas y dolencias que no pueden ser explicadas de manera orgánica. Es probable que parte de estas quejas se deban a dolores relacionados con conflictos emocionales. Sin embargo, el pasivo-agresivo puede utilizar estas quejas para obtener ganancias secundarias en cuanto a la atención o cuidado por parte del mundo y poder utilizar sus dolencias para argumentar sus quejas constantes.
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Bibliografía
American Psychiatric Association. (2000). DSM-IV-TR.
Caballo, V. E., Salazar, I. C., & Carrobles, J. A. (2014). Manual de Psicopatología y trastornos psicológicos. Madrid: Pirámide.
ELSEVIER. (Enero de 2006 ). Revista Elsevier. Obtenido de Trastornos adictivos: https://www.elsevier.es/es-revista-trastornos-adictivos-182-articulo-el-trastorno-negativista-personalidad-su-13087274
García, C. (2014). Realidad y Psicología humana. Libro 1: El ser humano y la Realidad. Madrid: Medinaceli.
Millon, T. (2006). Trastornos de personalidad en la vida moderna. Barcelona: Elsevier.
Psicología y Mente. (s.f.). Psicología y Mente. Psicología Clínica. Obtenido de Trastorno Pasivo-Agresivo de la Personalidad: 10 rasgos característicos: https://psicologiaymente.com/clinica/trastorno-pasivo-agresivo-personalidad