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Según Sebastián (2013), el concepto de madurez vocacional fue propuesto por Super (en Estados Unidos denominada como “madurez para la carrera”) a partir de los programas que realizó entre 1955 y 1957 sobre los estudios de patrones de Carrera y del proyecto de Desarrollo Vocacional. Para este autor, la madurez vocacional representa el grado de madurez que una persona posee en un periodo concreto de su vida, tomando como referencia las distintas etapas evolutivas y las tareas vocacionales a las que se debe enfrentar.

      Si bien, el objetivo último de este programa es la madurez vocacional, esta característica de la persona quizás queda lejos en la etapa de infantil y primaria, pero no el comienzo de un desarrollo vocacional o de poder comenzar a descubrir un proyecto vital. Partiré por tanto de ese desarrollo vocacional, que sería preparar al alumnado para esa madurez vocacional futura.

Por otra parte, en su propuesta de programa de orientación vocacional, Antonio Gómez (2017), plantea:

La formación de la vocación es un proceso que se inicia desde las primeras etapas del desarrollo del niño o la niña; es a través de sus juegos, exploraciones y comprensión del entorno, adaptación al grupo, roles y modelos de los padres y las experiencias formativas en la escuela, que se va configurando la futura vocación.

Por ello, se considera importante que los docentes generen situaciones pedagógicas que permitan al alumnado, desde los primeros años de la escolaridad, aprendan a conocerse, desarrollen capacidades y se valoren como personas que pueden contribuir al beneficio de los demás.

La orientación vocacional debería por lo tanto constituir un proceso fundamental en la vida del alumnado porque favorece el desarrollo de su proyecto de vida.

Si el desarrollo vocacional se comienza en los primeros años, plantearé a continuación la teoría que mejor explica este desarrollo Vocacional, propuesta por Super y recogida por Sánchez (2013).

 A. TEORÍA SOBRE EL DESARROLLO VOCACIONAL DE SUPER. UN ENFOQUE SOCIOFENOMENOLÓGICO.

Para Super la madurez vocacional no es un concepto abstracto o puntual, sino que posee un proceso evolutivo también llamado de desarrollo vocacional. Para él todas las personas pasan por una serie de fases.

1. Etapa de crecimiento (0-14 años).

En ella el auto-concepto se desarrolla a través de la identificación con figuras clave de la familia y de la escuela; las necesidades y la fantasía desempeñan al principio un papel dominante y los intereses y las capacidades se hacen importantes al aumentar la participación social y las pruebas con la realidad. Hay diferentes sub-etapas:

  • El periodo de fantasía (4-10 años), en el que dominan las necesidades y es importante la representación de roles
  • El periodo de intereses (11-12 años), en el que se dan grandes determinantes de las aspiraciones y de las actividades .
  • El periodo de capacidad-aptitudes (13-14 años), en donde las habilidades toman el mayor peso y se empiezan a considerar los requisitos de las ocupaciones, incluyendo sus exigencias.

2. Etapa de exploración (15-24 años).

En esta segunda etapa, la autoevaluación, los ensayos de roles y la exploración ocupacional tienen lugar en la escuela, en las actividades extraescolares y en los trabajos a tiempo parcial. Las sub-etapas establecidas son:

  • La «tentativa» (15-17 años), en la que, a partir de la consideración de las necesidades, capacidades, valores y oportunidades, se hacen elecciones tentativas y se ensayan posteriormente en la fantasía, en discusiones, en los cursos y en los trabajos eventuales o iniciales.
  • La de «transición» (18-21 años), en la que las consideraciones sobre la realidad cobran mayor peso al entrar en el mercado laboral o en la educación profesional y se intenta implementar el auto-concepto.
  • La de “ensayo”(22-24 años), en la que existe una localización de un área apropiada, se inician en ella las tareas y se ensaya el área como trabajo definitivo.

3. Etapa de establecimiento (25-44 años).

Se desarrolla una vez encontrada el área apropiada y el esfuerzo se centra en situarse allí de una forma permanente. Puede haber algunos ensayoS en esta etapa, aunque esto no ocurre en todos los casos. Las sub-etapas son:

  • «Ensayo” (25-30 años), que ocurre cuando el área laboral elegida conduce a pruebas insatisfactorias, provocando uno o dos cambios antes de que se encuentre el trabajo definitivo, o antes de que se descubra que ese trabajo definitivo consistirá precisamente en una sucesión de tareas no relacionadas.
  • Estabilización (31-44 años); en esta sub-etapa el patrón de la carrera toma una forma clara. Los esfuerzos se dan en el sentido de estabilizarse y asegurarse un puesto en el mundo del trabajo. Para la mayoría de las personas son los años más creativos

4. Etapa de mantenimiento (45-65 años).

Se inicia después de haber conseguido un puesto en el mundo laboral, y en ella el esfuerzo se dirige a conservarlo y a realizar progresos sobre él. Existe una continuidad en las líneas establecidas en etapas anteriores.

5. Desacelaración (65 en adelante):

Se afloja el ritmo de trabajo. Algunos encuentran ocupaciones a tiempo parcial y para otros llega el retiro oficial.

Análisis de la teoría de Super

La idea básica que genera este modelo reside en la posibilidad de facilitación y guía para el paso de una a otra etapa, por lo tanto, el desarrollo vocacional se concibe como un proceso que puede ser facilitado y que la instrucción escolar debe asumir y plantear actividades en esa línea. En este sentido, se debe centrar en explorar sus intereses, habilidades y valores, así como en fomentar su autoconocimiento y autoeficacia. Es importante brindarles oportunidades para descubrir diferentes profesiones y roles, a través del desarrollo la imaginación, el juego simbólico o el inicio de actividades relacionadas (como es el Aprendizaje Servicio)

 Indicadores de la madurez vocacional.

Por otra parte, además Super señala que la madurez vocacional viene determinada por una serie de indicadores:

– La preocupación de los alumnos por su elección profesional: Es tarea de todos (profesores, padres, tutores, orientadores…) hacer partícipes a los alumnos de su responsabilidad para decidir sobre su futuro y de la importancia que tendrán sus decisiones actuales en su futuro proyecto de vida.

– El alto grado de información que posee el alumno sobre diversos aspectos:

  • Conocimiento de sí mismo.
  • Conocimiento de la oferta educativa.
  • Conocimiento del mundo laboral.
  • Conocimiento de los procesos de inserción laboral     

– Por último, la madurez vocacional se caracteriza por una adecuada actuación en aquellos procesos relacionados con la toma de decisiones.

Siendo un programa para infantil y primaria se tendrá en cuenta que el periodo que comprende el alumnado es el señalado por Super como el de “Fantasía” (de 4 a 10 años) y el de “intereses” (de 11 a 12 años), además los indicadores antes señalados, como es la preocupación por la elección profesional, el grado de información en los diferentes aspectos (personales y del entorno) y la capacidad de toma de decisiones.

Además de Super, hay otros autores que explican el desarrollo de carrera (Álvarez y Bisquerra).

B.   TEORÍA ENFOQUE TIPOLÓGICO DE HOLLAND

Como señala (Sánchez, 2013), el enfoque tipológico de John L. Holland  está basado en el enfoque de rasgos y factores, que realizó Parsons y Willamson.  La teoría de Holland explica la relación entre la persona y su ajuste vocacional. De este modo, conducta vocacional está explicada por la interacción entre su tipo de personalidad y su ambiente.

Según Holland, existen seis tipos de personalidad: Realista, Investigador, Artístico, Social, Emprendedor y Convencional. Y con relación a esto, existen seis tipos de ambientes que coinciden con las anteriores tipologías. En su desarrollo vocacional o de carrera, las personas deberían encontrar los ambientes que les permiten ejercitar mejor sus destrezas y habilidades, expresar sus actitudes y valores, y afrontar sus problemas y funciones. De este modo, se entiende que la profesión es una proyección de la personalidad. El acierto y la estabilidad de esa elección dependerá de la congruencia que exista entre el ambiente ocupacional elegido y el tipo de personalidad que posee la persona.

De esta teoría podemos concluir que conocer la tipología de la personalidad nos ayuda a favorecer esa conducta vocacional. A este respecto, desde el programa, se utilizará una prueba de personalidad sencilla, EL inventario tipológico de Myers-Briggs,MBTI, que es de las más usados en todo el mundo, con utilidad tanto en el mundo educativo como laboral (Fernández, 2008).

C.   ¿AYUDA EL ENTORNO A ESE DESARROLLO VOCACIONAL?

Como plantea Ken Robbinson, citado por Álvarez y Bisquerra (2018), la persona para su autorrealización debe buscar aquello que le gusta hacer, lo que se le da bien y lo que puede aportar al mundo, que el entorno necesita. En palabras del autor: «es imprescindible que cada uno de nosotros encuentre su propio Elemento, no solo porque nos sentiremos más realizados, sino porque, a medida que el mundo evoluciona, el futuro de nuestras comunidades e instituciones dependerá de ello» (p.18).

Pero como también señala, algunas veces las vocaciones se van tapando por el entorno que no presta atención o no da valor a esos talentos que como semillas van creciendo, en palabras de Robinson: el resultado es que hay demasiada gente que nunca conecta con sus verdaderos talentos naturales y, por tanto, no es consciente de lo que en realidad es capaz de hacer (p.11). Así, Robbinson, aboga por un enfoque más holístico y personalizado en la educación que permita a cada persona descubrir y desarrollar sus habilidades únicas, en lugar de conformarse con estándares y expectativas predefinidas que pueden limitar el potencial individual.

BIBLIOGRAFÍA

  • Bisquerra, R; Álvarez, M. (2018). Orientación educativa.    Modelos, áreas, estrategias y recursos. Madrid: Wolters Kluwer.
  • Fernández, M. P., & ESO, B. (2008). Utilidad del test de personalidad MBTI en el ámbito de la educación. Disponible en: https://archivos.csif.es/archivos/andalucia/ensenanza/revistas/csicsif/revista/pdf/Numero_13/MPAZ_SOTO_2.pdf
  • Robinson, K. (2016). El elemento. descubrir tu pasión lo cambia todo. Grijalbo.
  • Sánchez García, M.F. (coord.). (2013). Orientación profesional y personal. UNED – Universidad Nacional de Educación a Distancia.
  • Sebastián, A. (Coord.). (2003). Orientación Profesional. Un proceso a lo largo de la vida. Madrid: Editorial Dykinson, S.L.
  • VV.AA. (2016) La orientación vocacional. Una propuesta desde el aprendizaje basado en proyectos. Fundación Tomillo. Disponible en:
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