I. Introducción
Unas de las características de la realidad del emigrante es el comienzo de una nueva existencia desde la ausencia de compañía de la familia o personas cercanas como amigos/as, pareja, etc. Si bien puede darse que la persona vaya acompañado/a de su pareja o familia nuclear, la situación más habitual en la emigración es el comienzo de un proyecto personal en donde se parte en solitario dejando atrás el lugar de origen. Para ello tendrá que comenzar de nuevo a establecer relaciones sociales, a tener nuevos contactos, a crear relaciones de amistad e incluso a formar una pareja y familia.
Esta situación de separación es vivida por algunas personas como una ruptura de vínculos difícil de llevar, en donde la persona sentirá un vacío interno. De este modo una carencia por la falta del vínculo con personas cercanas, que tenían el rol de apoyo y soporte, le puede llevar a sentir una soledad que es vivida de forma muy negativa, pasando por sentimientos de ansiedad y angustia e incluso llegando a la depresión. Si además se da el fenómeno de un sentimiento de rechazo por parte del nuevo contexto existencia, la persona puede entrar en problemas de aislamiento y encierro en sí misma, lo que le producirá una mayor sintomatología (sobre este problema se puede consultar también el artículo de: El sentimiento de rechazo en el emigrante).
Comentar que la soledad puede ser vivida de forma positiva, como parte de la vida, como situaciones en donde la persona está consigo misma, desarrollando cualquier actividad con la que pueda disfrutar, o bien de forma negativa, sintiéndose la persona aislada del mundo exterior, que es cuando realmente se siente un vacío, asociado a la soledad. Este vacío y aislamiento producirá los síntomas negativos que se han comentado.
En este punto nos podemos preguntar las causas de esa vivencia de forma negativa de la soledad, qué motivos están presentes y cómo poder salir de este sentimiento, que puede llegar a ser angustioso.
II. Causas del sentimiento de soledad.
El ser humano necesita ser consciente de su existencia, de verse presente en su vida y sentir su existencia con valor. Si no ocurre esto, la persona existe pero no se siente existir, casi se sentirá muerto en vida, por lo que necesitará de otra persona que le aporte esa sensación, una mirada psicológica externa que le ayude a ser consciente de su existencia. Esta necesidad psicológica es lo que se denomina “objetualidad”, donde la persona necesita ser el objeto de atención con el fin de ser consciente de su propia existencia. En esta actitud objetual se necesita al otro, se espera del otro y se requiere al otro para que le aporte la sensación de existencia, lo que le producirá tranquilidad, paz y seguridad, entrando en una dependencia emocional. Si no ocurre esta situación, esa falta de reconocimiento psicológico, le producirá ansiedad, angustia, alteración, que es en definitiva el sentimiento de vacío.
Lo cierto es que el sentimiento de vacío interior es en realidad vacío de la conciencia de uno mismo en su propia vida, como si sintiera que desaparece de la realidad y nadie es consciente de su presencia, ni siquiera la persona misma. Esta falta de conciencia de sí mismo se suele atribuir al hecho de no estar con otras personas, lo que lleva a generar actitudes de dependencia emocional, buscando estimulación en las relaciones sociales e intentando reducir el vacío con la compañía de otras personas, lo cual a su vez genera un miedo a ser rechazada, abandonada o a las pérdidas y separaciones, entrando en un círculo vicioso de ansiedad por esa soledad, temiendo esos momentos de soledad.
La clave de este sentimiento de soledad, que es vacío y sensación de aislamiento, es que no depende de la soledad social o de que no esté con otras personas, sino que quien no se siente presente, es la propia persona en su propia vida, en su propia existencia. Cuando la persona siente soledad es que siente que desaparece de la realidad y necesita al otro para volver a sentirse existir, a sentirse con valor.
III. Cómo salir de estas sensaciones.
Si la clave es el vacío que está sintiendo uno mismo ante la sensación de no existencia, la salida no puede darse con el establecimiento de relaciones sociales para no sentir ese vacío (esto provocaría una dependencia emocional), sino que es necesaria una existencia sustantiva y no objetual, en donde es la propia persona quien se siente existir a partir de sus propios recursos psicológicos. Realizar actividades que le gustan o se siente bien, conocer a personas desde la comunicación y expresión de lo que es (y no desde la dependencia emocional), lograr una mayor autonomía o conseguir un mayor autoconomcimiento y desarrollo personal, son las formas reales de poder salir del sentimiento de soledad y vacío, frente a otras formas pseudoexistenciales como son la estimulación social u otro tipos de estimulaciones artificiales como el consumo de drogas, comportamientos compulsivos en referencia a la comida, sexo, gasto de dinero,…Es decir, el vacío no se llena con algo ajeno a uno mismo, sino que se llena con uno mismo.
Por último, el peligro de buscar una relación para salir de ese vacío, es que podemos encontrarnos con personas que se aprovechan de esa sensación de aislamiento que tiene el emigrante. Son las relaciones tóxicas que se dan al vincularse con personas con una personalidad muy negativa que se sirven de la angustia de la otra persona por no querer estar solos. En este caso la persona con miedo al rechazo, al aislamiento o a la soledad, aceptará relaciones con personas que le pueden alterar psicológicamente, no pudiendo separarse pero también viviendo situaciones perjudiciales. Sobre este tipo de personalidades hablaremos en otro artículo.
Autor: Sergio Delgado. Psicólogo terapeuta online
Para cualquier duda o consulta: info@psicologiaenlared.com
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Me ha parecido útil el artículo. Me siento identificado. Mi pregunta es cómo se consigue un mayor autoconocimiento. No termino de entender eso de «conocer a personas desde la comunicación y expresión de lo que es (y no desde la dependencia emocional)».
Saludos
A la atención de Miguel
Lo primero disculpa el retraso en la respuesta, espero que aunque haya pasado tiempo pueda servirte.
El mayor autoconocimiento que planteas se produce cuando la persona realiza actividades desde sí mismo y no para conseguir u obtener del mundo, ya sea reconocimiento, valor,…En esa existencia espontánea desde lo que es, la persona comienza a verse como alguien independiente del mundo, con entidad propia y con mayor sustantividad o fuerza, lo que genera un mayor sentimiento de valor. Por otra parte esa existencia se tiene que basar en principios reales y verdaderos, basarse realmente en lo que es, sin ficciones, invenciones o incluso evasiones, ya que eso hace que «se oculte» lo que la persona es. Muchas veces ante miedos o complejos, la persona pone «capas» a su verdadera identidad. Este tema es quizá el pilar de toda psicoterapia, ya que es un proceso de desarrollo personal y de «realización». Para profundizar más puedes acudir a autores como: Nathaniel Branden «los seis pilares de la autoestima», Carl Rogers «el camino del Ser» o los manuales de Carlos J. García «Realidad y psicología humana», sobre todo el primer volumen «El ser humano y la realidad». Un saludo. Sergio Delgado
Me ha gustado mucho. Además, esa ‘objetualidad’ de la persona, en mi opinión, se puede dar tanto en inmigrantes como en cualquier ciudadano. Es una pena que el artículo se centre sólo en la del inmigrante. ¿Qué puede desencadenar ese sentimiento de soledad y necesidad de sentirte y verte en el otro, en una persona que vive cerca de sus familiares, amigos o que incluso tiene pareja?
Estimada Minerva.
Efectivamente esa objetualidad o necesidad de que el otro «nos reconozca» puede darse en cualquier ciudadano. Esa necesidad tiene que ver con dificultades de reconocerse a uno mismo o de verse como alguien con valor. En este caso entra en juego la auotoestima.En el ser humano, la actitud de valorarse a sí mismo, como alguien importante, como alguien con valor, estaría basada en tres aspectos:
– La capacidad de adaptarse a la realidad (poder sostener mi existencia o hacerme responsable de mí mismo)
– El derecho o el merecimiento de la felicidad
– El reconocimiento a mí mismo de ser real, de poder tener una existencia real –el reconocimiento de tener valor-.
Quizá la dificultad a sí mismo de verse como alguien verdadero, real, con existencia propia, es lo que propicia el sentimiento de soledad y la necesidad de sentirte y verte en el otro. Pero como nunca se logra del todo, ya que es la propia persona únicamente quien lo puede lograr, siempre habrá una dependencia del otro pero a la vez un sentimiento de vacío a pesar de estar cerca de familiares, amigos o incluso con la pareja. En definitiva ese miedo a la soledad tiene que ver con qué aspectos sostienen nuestra existencia, sin nuestros pilares o fundamentos existenciales son lo suficientemente fuertes para no sentirnos aislados y vacíos. Pero esos fundamentos tienen que ser internos, ya que no podemos cargar a otra persona con nuestra propia existencia.
Un cordial saludo. Sergio Delgado
puffff da en el clavo al 100%